En la localidad alemana de Rottweil, un ciudadano aprovechó una laguna en la normativa de estacionamiento para inutilizar un radar móvil, obstruyéndolo con su caravana. Pese a que el vehículo bloqueaba el control de velocidad, las autoridades no pudieron sancionarlo, ya que la normativa permitía aparcar allí, siempre y cuando se moviera en un plazo de 24 horas. Según el medio ZDF Heute, el caso evidenció un error de cálculo en la ubicación del radar por parte de la policía. Mientras, en España, la Dirección General de Tráfico (DGT) recuerda que manipular o dañar radares conlleva severas sanciones económicas, resaltando la importancia de estos dispositivos para mantener la seguridad vial.
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