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Desobediencia Civil en Derechos de Autor: Catalizando la Innovación Científica

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María MR

La creación y distribución del conocimiento son esenciales para el desarrollo humano, pero las actuales leyes de derechos de autor han generado barreras tan restrictivas que, a menudo, se recurre a la desobediencia civil para asegurar que estudiantes y académicos accedan a los materiales necesarios y se preserven partes fundamentales de la cultura.

El proceso típico de investigación científica comienza con académicos que elaboran artículos basados en estudios, frecuentemente financiados con fondos públicos. Estos artículos son revisados por expertos antes de publicarse. No obstante, grandes editoriales exigen la transferencia de derechos de autor para poder empaquetar y vender estos trabajos, imponiendo tarifas elevadas que son inasequibles incluso para instituciones con recursos, y más aún para aquellas en regiones con limitaciones económicas. Esta práctica plantea un serio problema de derechos humanos.

A pesar de un modelo insostenible, la ciencia avanza gracias a la desobediencia civil generalizada contra el régimen restrictivo de derechos de autor. En un intento por compartir el conocimiento, algunos académicos solicitan artículos a colegas mediante redes sociales, desafiando las prohibiciones legales. Esto puede interpretarse como un uso justo, pero no debería ser necesario que los investigadores busquen asesoría legal o enfrenten amenazas de editores para compartir su trabajo.

Existen alternativas más útiles, aunque en un área legalmente delicada, como SciHub, Library Genesis (LibGen), Z-Library o Anna’s Archive. Estos repositorios, impulsados por voluntarios que defienden el acceso a la ciencia, se mantienen activos a pesar de las restricciones legales. SciHub, por ejemplo, gestiona millones de solicitudes anuales y continúa operando, considerando su base en Rusia y el respaldo académico que lo ve como un medio ético frente a las barreras impuestas por editores, con muchos académicos proporcionando sus credenciales para facilitar el acceso a documentos.

A menos que las editoriales adopten prácticas más equitativas y apoyen la libre difusión del conocimiento, seguirán viendo un aumento de alternativas de acceso abierto, legales o no.

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