El astrónomo Nikku Madhusudhan de la Universidad de Cambridge ha presentado lo que considera «la evidencia más fuerte hasta el momento» de vida extraterrestre en el exoplaneta K2-18b, situado a 120 años luz de la Tierra. Utilizando el telescopio espacial James Webb, se han detectado gases como el sulfuro de dimetilo, asociados en la Tierra a vida microbiana, en la atmósfera del planeta. Pese al entusiasmo de Madhusudhan, la comunidad científica muestra cautela; expertos como Ignasi Ribas del IEEC advierten que aún es temprano para afirmar la existencia de vida, dada la necesidad de replicar estas observaciones y alcanzar niveles de certeza más altos, como el umbral estadístico de 5 sigma. Otras voces, como la de Carlos Briones del CSIC, recuerdan que estos compuestos pueden tener orígenes abióticos y que se requiere evidencia robusta para confirmar vida extraterrestre. Aunque el hallazgo es prometedor, científicos insisten en que se debe avanzar con prudencia y sin apresurarse a conclusiones definitivas.
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