En un suburbio al este de Denver, la policía arrestó a una pareja que mantuvo el cuerpo de un amigo fallecido oculto en su hogar durante un año y medio para seguir cobrando su pensión. James y Suzanne Agnew, de 55 y 57 años respectivamente, tenían el cuerpo de James Francis O’Neill, quien murió en diciembre de 2023, bajo un colchón inflable, permitiendo que sus ocho chihuahuas mordieran los restos. La pareja confesó que no reportaron el fallecimiento para recibir cerca de 1000 dólares mensuales del Seguro Social. La investigación se inició tras un reporte del hermano de O’Neill, y el cadáver fue descubierto el 3 de julio. Los Agnew enfrentan cargos por abuso de un cadáver, manipulación de un cuerpo humano fallecido y robo, con posibles condenas de hasta 10 años de prisión. Casos similares han ocurrido, como el reciente en Colorado donde un propietario de funeraria fue encarcelado por fraude tras almacenar incorrectamente 190 cuerpos.
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