La reforma a la Ley de Amparo en México, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha generado un intenso debate político. La eliminación de la cláusula de retroactividad se perfiló como un triunfo para Sheinbaum, tras la discordia entre las facciones del oficialismo y el gabinete presidencial. La propuesta original fue restaurada, desechando adiciones de última hora por parte del Senado que vulneraban el artículo 14 de la Constitución. La oposición aprovechó el caos para retrasar la votación del dictamen, abriendo espacio para más audiencias públicas. El conflicto se centró en la cláusula de retroactividad promovida por senadores morenistas, pero la intervención decidida de Sheinbaum y las tensiones dentro del gobierno finalmente llevaron a su retirada. Este desenlace permite mantener viva una reforma clave para el gobierno, destinada a incrementar la recaudación fiscal y sostener los programas sociales centrales del proyecto político de Sheinbaum.
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