En el mes de junio, el empleo en el país ha mostrado una notable mejoría al registrar una reducción del desempleo que excede las expectativas típicas de esta época. El número de desempleados ha disminuido en 46.783 personas, situando el total en 2,408 millones. Este avance no se debe únicamente a la estacionalidad del verano, sino también al impulso de varios sectores, resaltando la fortaleza del mercado laboral y el dinamismo económico.
La hostelería ha sido clave en este crecimiento, impulsada por la alta demanda turística que ha llenado terrazas y hoteles. Sin embargo, otros sectores como el comercio, el transporte y las actividades recreativas también han contribuido al aumento del empleo, permitiendo un crecimiento sólido en diversas regiones. Además, la construcción ha experimentado un repunte, y la agricultura ha realizado una aportación modesta pero relevante. Estos factores han llevado a un ascenso en la afiliación a la Seguridad Social, que se mantiene en niveles históricos.
Pese a estas buenas noticias, persiste la preocupación por el alto número de contratos temporales, gran parte de ellos asociados a la temporada estival. Aunque este fenómeno no desmerece las mejoras en los indicadores de desempleo, sí impone la necesidad de una interpretación más matizada.
Para quienes buscan empleo o mejorar su situación laboral, este contexto se presenta como una oportunidad, dado el incremento de ofertas y la demanda de diversos perfiles, incluso para personas con poca experiencia. Aquellos que ya cuentan con un empleo podrían aprovechar para negociar mejores condiciones o aspirar a contratos más estables. Sin embargo, se aconseja prudencia y planificación, considerando el posible fin de muchos contratos al concluir el verano y las dificultades persistentes que enfrentan los jóvenes menores de 25 años para ingresar al mercado laboral.
