Madrid enfrenta una intensa ola de calor, con temperaturas que han llevado al Ayuntamiento a instalar 32 toldos desmontables en la Puerta del Sol por un costo de 1,5 millones de euros. Mientras tanto, las alternativas naturales, como los árboles, parecen incompatibles con el modelo urbano actual. La situación destaca la falta de planificación frente a las altas temperaturas, y la continua expulsión de personas del Parque del Retiro, uno de los pocos refugios frescos de la ciudad. En el subterráneo, las aglomeraciones se acrecientan por las obras en la línea 6 del metro, creando una competencia involuntaria por la atención médica de emergencia. La gestión del calor en Madrid parece, más que una simple ineficiencia, una política activa, según algunos observadores, sugiriendo un manejo simbólico y contractual que va más allá de la simple incompetencia.
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