Extremadura enfrenta un descenso en el impacto de una enfermedad que el verano pasado causó preocupación. Este año se han confirmado 11 casos de contagio humano y se registró una muerte. Las estrategias clave para este relativo control incluyen medidas de prevención, un aumento de la inmunidad en las aves y una vigilancia constante por parte de las autoridades sanitarias.
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