Las autoridades belgas han detectado cuatro nuevos drones sobrevolando la base militar de Kleine-Brogel, utilizada por la OTAN, tras avistamientos previos. Los drones desaparecen hacia el norte, en dirección a los Países Bajos, lo que ha provocado una reacción conjunta de Defensa y la Policía belga. El ministro de Defensa, Theo Francken, ha señalado que estos incidentes podrían ser espionaje, posiblemente con vínculos políticos internacionales, sugiriendo a Rusia como actor potencial. En respuesta, Francken ha propuesto un plan de 50 millones de euros para reforzar la defensa antidrones, que incluye sistemas de detección y medidas para localizar a los operadores. La aprobación del plan se espera esta semana, con implementaciones inmediatas y una inversión a largo plazo que podría alcanzar los 500 millones de euros.
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