Las fuerzas policiales están incorporando drones equipados con lectores automáticos de matrículas (ALPR) en sus operaciones, lo que ha generado preocupaciones sobre la privacidad y el seguimiento de los ciudadanos. Esta tecnología avanzada permite a las autoridades rastrear de manera eficiente los movimientos vehiculares, capturando no solo matrículas, sino también detalles como la marca, el modelo y el color del vehículo.
Rahul Sidhu, vicepresidente de aviación de Flock Safety, destacó en una presentación reciente el uso de estos drones, dirigidos a agencias de policía interesadas en programas de drones como primeros respondedores (DFR). Según Sidhu, los drones de Flock Safety no solo se utilizan para vigilancia, sino que su capacidad ALPR amplía considerablemente el alcance de esta actividad.
La expansión de los programas DFR ha sido notable, con empresas tecnológicas como Axon y Motorola Solutions ofreciendo cada vez más soluciones de drones. Sin embargo, la falta de regulaciones adecuadas para proteger a los ciudadanos frente al uso indebido de estas tecnologías es motivo de preocupación.
Los sistemas ALPR, ampliamente utilizados por las agencias policiales, almacenan datos que pueden ser compartidos con organismos federales. Aunque se alega que estos sistemas ayudan a prevenir crímenes, hay inquietud por la posibilidad de vigilancia indiscriminada de personas sin antecedentes delictivos.
La capacidad de los drones para acceder a áreas de difícil acceso, como patios traseros y techos, plantea más dilemas éticos. A medida que la FAA otorga exenciones para el uso policial de drones, su despliegue se normaliza. Esto subraya la necesidad urgente de que las comunidades exijan regulaciones estrictas para prevenir abusos.
La falta de información precisa a los funcionarios locales sobre las capacidades de los drones adquiridos puede llevar al uso de tecnologías invasivas sin el conocimiento suficiente de las autoridades políticas responsables. Esta situación exige una mayor movilización ciudadana para asegurar un control riguroso sobre el empleo de estas tecnologías de vigilancia.
En un contexto donde la tecnología de ALPR combinada con drones podría revolucionar la recolección y uso de información sobre los ciudadanos, la demanda de regulaciones estrictas se vuelve indispensable para garantizar que estos avances no se conviertan en una herramienta de vigilancia incesante sin bases legales claras.