La administración Trump ha desarrollado la primera base nacional de datos para verificar la ciudadanía de los votantes en Estados Unidos, lo que ha generado preocupaciones entre expertos en privacidad, según NPR. Esta herramienta, gestionada por el Departamento de Seguridad Nacional y otros organismos, permite a funcionarios electorales cruzar datos con la Administración de Seguridad Social e Inmigración. USCIS, encargado del proyecto, lo considera un «punto de inflexión» en la lucha contra el supuesto fraude electoral. Trump ha defendido sin pruebas que inmigrantes ilegales votan a favor de demócratas, y en marzo firmó una orden ejecutiva para exigir documentación de ciudadanía, aunque está temporalmente bloqueada. Especialistas han criticado la rapidez y falta de transparencia en este desarrollo, que pone en duda el futuro uso de los datos personales.
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