Estados Unidos busca fortalecer sus lazos con Latinoamérica bajo el mando del presidente Donald Trump, quien ha designado al secretario de Estado Marco Rubio, de origen cubano, para encabezar un viaje diplomático a la región. Esta visita, inédita en prioridad en más de un siglo, pretende abordar la crisis migratoria, el tráfico de drogas y la creciente influencia de China en el continente. Rubio, conocido por sus posiciones fuertes sobre Cuba y Venezuela, busca negociar acuerdos de repatriación de migrantes y garantizar la seguridad fronteriza estadounidense. Sin embargo, el enfoque ha generado preocupaciones sobre la soberanía y los derechos humanos en la región, así como el riesgo de dependencia económica y presiones políticas externas. En paralelo, el creciente comercio entre Latinoamérica y China plantea un desafío geopolítico para los intereses estadounidenses, que temen perder influencia en el hemisferio occidental y buscan frenar la expansión china, especialmente en áreas estratégicas como el Canal de Panamá.
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