Estados Unidos ha intensificado su presencia militar en el Mediterráneo oriental al desplegar cinco destructores frente a Israel en apoyo a su conflicto con Irán. Estos buques, equipados con misiles, tienen como función principal fortalecer el escudo antimisiles de Israel, pero también están preparados para atacar Irán si es necesario. La intención de este despliegue es enviar una advertencia disuasoria a Teherán mientras Donald Trump decide si intervendrá militarmente. Aunque el presidente estadounidense continúa apostando por una solución diplomática, aún no se ha definido qué tipo de acuerdo aceptaría. Entretanto, los ataques continúan; Irán lanzó drones interceptados por Israel, mientras las fuerzas israelíes apuntan a infraestructuras estratégicas iraníes, buscando neutralizar su amenaza nuclear.
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