La reciente respuesta militar de Benjamin Netanyahu ha sido cuidadosamente diseñada para alinearse con las expectativas de Estados Unidos, con el objetivo de evitar más represalias y una escalada del conflicto que ninguna de las partes involucradas desea. Este enfoque busca mantener la estabilidad en la región y moderar las tensiones, reflejando una estrategia que responde a las preocupaciones internacionales. La coordinación entre ambos gobiernos subraya la importancia de mantener un control sobre las acciones militares para prevenir un incremento en la conflictividad.
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