El precio del barril de crudo es crucial para la economía, y si no regresa a los 65 dólares, impactará negativamente en el Producto Interno Bruto (PIB) al disminuirlo y podría retrasar la moderación en el incremento de precios. Los analistas advierten que el mantenimiento de precios altos en el petróleo puede obstaculizar los esfuerzos por estabilizar la inflación, afectando así la recuperación económica general.
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