Nieves Boullosa enfrentó el desafío de criar sola a sus dos hijas con necesidades especiales, lo que la obligó a dejar su empleo en el comercio debido a la dificultad para conciliar sus responsabilidades laborales y familiares. Lucía, su hija mayor, padece autismo severo y requiere supervisión constante, situación que llevó a su expareja a cederle la custodia, mientras que la menor enfrenta dislexia y problemas de visión. Ante las dificultades económicas y la falta de apoyo institucional, Boullosa se acogió a la prestación CUME, que le permitió reducir drásticamente su jornada laboral sin pérdida de salario. Sin embargo, denuncia la insuficiencia de recursos públicos y ayudas económicas para apoyar a familias como la suya, que además de lidiar con altos costos de terapias y atención médica no cubierta por la seguridad social, deben soportar el agotamiento físico y emocional que supone el cuidado constante sin respiros ni apoyo suficiente.
Leer noticia completa en 20minutos.
