En un contexto de endurecimiento geopolítico y restricciones tecnológicas, NVIDIA ha anunciado el lanzamiento de una versión modificada de su arquitectura Blackwell, con el objetivo de mantener su presencia en el mercado chino. Este nuevo chip, adaptado a la normativa estadounidense, prescinde de tecnologías avanzadas como la memoria HBM y el empaquetado CoWoS, optando por memoria GDDR7 para cumplir con las regulaciones de ancho de banda. A pesar de las limitaciones en rendimiento, NVIDIA espera generar un ingreso de hasta 10.000 millones de dólares este año con este lanzamiento.
El enfoque de NVIDIA no es competir directamente en términos de potencia, considerando que el Ascend 910C de Huawei supera al nuevo Blackwell en rendimiento. Sin embargo, la compañía confía en su robusto ecosistema de software CUDA, ampliamente adoptado por investigadores y empresas de tecnología, para ofrecer una propuesta atractiva que facilite el desarrollo de soluciones avanzadas de inteligencia artificial con hardware más accesible.
La apuesta de NVIDIA es recuperar cuota de mercado frente a rivales como Huawei en China, donde las restricciones impuestas por Estados Unidos han reducido su presencia a la mitad. Este mercado, valuado en 50.000 millones de dólares, sigue siendo crucial para NVIDIA, que solía depender en gran medida de las ventas masivas de GPUs como las H100 y A100 en el país asiático.
Aproximadamente entre 6.500 y 8.000 dólares por unidad, el chip Blackwell recortado cuesta la mitad de lo que vale el acelerador de IA H20 que NVIDIA ofrece en otros mercados, lo que lo convierte en una opción atractiva para empresas chinas que deseen implementar aplicaciones de IA generativa sin los elevados costes de los chips de alta gama. Se espera que la producción comience el próximo mes y esté disponible en China para julio de 2025, con previsiones de ventas que superan el millón de unidades para el final de ese año.
En definitiva, esta estrategia demuestra la capacidad de NVIDIA para adaptarse a un entorno cambiante, reafirmando su posición en un mercado vital y evitando quedar totalmente relegada frente a la competencia local en medio de las tensiones entre Washington y Pekín.