El Congreso de los Diputados ha aprobado la tramitación de una ley socialista que impondrá penas de hasta dos años de cárcel para quienes practiquen «terapias de conversión» con el colectivo LGTBI+. Esta iniciativa, que recibió apoyo de varios partidos excepto Vox, busca penalizar prácticas que intentan cambiar la orientación sexual o identidad de género de las personas. La propuesta plantea sanciones menores a las de otra iniciativa previa, y ahora se enfrentarán a un proceso de enmiendas para lograr consenso. Entre las críticas destacan que la ley es «descafeinada» y poco punitiva. Se aplicarán penas más severas si las víctimas son menores, y se contempla sancionar a familiares que faciliten estas prácticas, incluyendo la retirada de la tutela. Vox se opone rotundamente, calificando la legislación como una «aberración», mientras que otros partidos han expresado el deseo de introducir medidas adicionales de protección y reparación.
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