El Acuerdo de Schengen enfrenta una crisis en su 40 aniversario, afectado por el resurgimiento de controles fronterizos. Polonia ha decidido reinstaurar la vigilancia en sus fronteras con Alemania y Lituania para frenar el flujo de migrantes, una medida que Alemania ya había implementado en 2023. La situación es influenciada por partidos populistas como Alternativa para Alemania y los polacos Ley y Justicia, que explotan el tema migratorio para movilizar a sus votantes. Donald Tusk, primer ministro polaco, anunció la decisión tras criticar las prácticas de devolución de migrantes por parte de Alemania. La tensión política se incrementa con acciones de patrullas ciudadanas apoyadas por la extrema derecha polaca. Con el reciente triunfo del conservador Karol Nawrocki, el panorama político se complica aún más, mientras Tusk se enfrenta a una fuerte oposición y planea cambios en su gobierno.
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