Tras un tuit de Donald Trump exigiendo acciones judiciales contra sus oponentes, el Departamento de Justicia de EE. UU. se prepara para intentar acusar a James Comey de perjurio, pese a la falta de pruebas recomendada por fiscales. El caso, impulsado por una presunta vendetta personal de Trump, recae ahora en Lindsay Halligan, recién nombrada fiscal del distrito Este de Virginia. Halligan, sin experiencia previa como fiscal y partidaria de Trump, sustituye a Eric Siebert, quien dimitió bajo presión política. La urgencia del caso se debe a la proximidad de la prescripción del supuesto delito, que ocurrirá en menos de una semana.
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