Jagoba Arrasate ha tomado las riendas del equipo en un intento por dar un mayor espectáculo que su predecesor, Javier Aguirre, pero el final de liga parece un reflejo del pasado, sin el dinamismo ni la ambición esperada. La victoria en San Sebastián y la derrota ante el Celta no sirven para inflar el pecho o hacer dramas, según Arrasate, pero el equipo muestra una alarmante falta de ambición y un juego lento y soporífero que no entusiasma a la afición en Son Moix. La derrota frente al Leganés resalta problemas tácticos evidentes, ya que la estrategia planteada no produjo resultados, y un único disparo al arco en 98 minutos delata la ineficacia ofensiva. Mientras que el Leganés disfrutó de los errores del equipo contrario, los esfuerzos del portero Greif evitaron un resultado aún más desastroso, en contraste con un Dimitrovic que apenas tuvo trabajo. La situación actual de la plantilla deja poco espacio para el optimismo y sugiere que escapar de la zona baja de la tabla sigue siendo una lucha vigente.
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