El nuevo Parlamento Europeo, inclinado hacia la derecha tras las últimas elecciones, ha visto un debilitado nacimiento de la nueva Comisión presidida por Ursula Von der Leyen, con tensiones entre las principales familias políticas: populares, socialdemócratas y liberales. A pesar de las diferencias, un acuerdo frágil permitió avanzar con la designación de Teresa Ribera como vicepresidenta, en medio de presiones internas y externas. Este pacto, que podría desmoronarse, evidencia la compleja política de coaliciones en Bruselas, con la votación final prevista para el 27 de noviembre. Los populares españoles intentaron controlar las condiciones de Ribera, mientras se negoció una vicepresidencia para los Conservadores y Reformistas. Estabilidad y desafíos son las palabras clave mientras la UE busca cohesión política antes del inicio de trabajos de la nueva comisión el 1 de diciembre.
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