Miles de personas se congregaron en 80 ciudades españolas para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores, enfocados en la defensa de los derechos laborales ante la amenaza de la extrema derecha y el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. En Madrid, el evento inició con tensiones al denegarse un permiso para un escenario, lo que causó molestias con el Ayuntamiento. Líderes sindicales y políticos, como Yolanda Díaz, subrayaron la necesidad de proteger derechos laborales y abordaron temas como la reducción de la jornada laboral. En Barcelona, los manifestantes criticaron el ERE de Freixenet y en Valencia y Sevilla, se alzaron voces contra el auge de la extrema derecha y en favor de servicios públicos robustos.
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