La clase media estadounidense ha mostrado un creciente descontento con el Partido Demócrata, lo que ha provocado un desplazamiento de apoyo hacia Donald Trump. Factores como la inflación, la crisis en la frontera y las políticas energéticas y climáticas de la administración Biden han alejado a votantes cruciales, incluidos sindicatos que históricamente respaldaron a los demócratas. Encuestas recientes señalan que Trump podría ganar las elecciones al recuperar el apoyo en estados clave como Nevada, Wisconsin, Michigan y Pensilvania, áreas tradicionalmente demócratas. La Asociación Internacional de Bomberos y el sindicato de los Teamsters han retirado su respaldo incondicional al partido, reflejando una tendencia más amplia de desencanto. Mientras tanto, Trump se centra en temas como seguridad fronteriza, subsidios familiares y restauración de empleos manufactureros, buscando atraer al electorado de clase media que resiente las políticas progresistas de Kamala Harris y otros demócratas de élite. Las próximas elecciones podrían marcar un cambio significativo en las lealtades políticas tradicionales de la clase trabajadora estadounidense.
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