En un acalorado debate televisado en Pensilvania, la candidata demócrata Kamala Harris se enfrentó a las inquietudes de los votantes indecisos, destacándose como una figura clave en uno de los estados más críticos para las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Harris, quien busca unificar al electorado, criticó duramente a su oponente republicano, Donald Trump, calificándolo de incapaz y afirmando que representa un peligro al evocar figuras históricas como Hitler. Durante el evento, moderado por Anderson Cooper de CNN, Harris delineó sus prioridades en temas como el aborto, el empleo, la inflación y la reforma migratoria. Sin embargo, evitó profundizar en cuestiones polémicas como el apoyo de Estados Unidos a Israel en el conflicto de Gaza. A pesar de ser popular dentro de su partido, Harris enfrenta un desafío significativo para mejorar su imagen en una contienda que se perfila como una de las más reñidas en la historia reciente.
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