Desde enero de 2025, se estima que 1,2 millones de trabajadores inmigrantes han dejado la fuerza laboral en EE.UU., lo que ha generado efectos económicos significativos, según un análisis reciente. El sector agrícola es el más afectado, con una caída del 6,5% en el empleo entre marzo y julio, y una disminución de 155,000 puestos de trabajo. Este descenso ha provocado un aumento en los precios de las verduras frescas y la carne. En la construcción, los permisos cayeron un 17% en el noreste, afectando principalmente a regiones con alta dependencia de mano de obra inmigrante, intensificando la crisis de vivienda. Aunque la industria del ocio y turismo apenas creció, las redadas migratorias han sido criticadas por elevar los costos de vida y perjudicar la economía. Líderes y activistas instan a considerar una reforma migratoria para mitigar el impacto negativo sobre las familias trabajadoras.
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