El próximo 14 de octubre, Microsoft dejará de prestar soporte oficial a Windows 10, coincidiendo con el Día Internacional de los Residuos Electrónicos. Esta decisión podría dejar obsoletos millones de dispositivos que no cumplen los requisitos de hardware para actualizarse a Windows 11, generando preocupación entre expertos en sostenibilidad y tecnología.
Según el grupo US PIRG, el fin del soporte podría generar más de 1,54 millones de toneladas métricas de residuos electrónicos, comparable al peso de 15 portaaviones clase Nimitz. La ONG británica The Restart Project denuncia que la medida obliga a reemplazar dispositivos funcionales, alimentando el ciclo de despilfarro tecnológico.
En respuesta a la presión pública, Microsoft ofrecerá un año adicional de actualizaciones de seguridad gratuitas para usuarios individuales, aunque esto solo pospone el problema hasta 2026. Instituciones educativas y empresas enfrentan restricciones y costos adicionales para extender el soporte.
Paralelamente, están surgiendo movimientos comunitarios que promueven el uso de software libre como Linux, organizando eventos de reparación colaborativa. Además, un grupo de desarrolladores lanzó el “End of Windows 10 Toolkit” para ayudar a maximizar la funcionalidad y seguridad de los dispositivos.
A pesar de estas iniciativas, expertos advierten de que no son suficientes frente a la magnitud del problema. Organizaciones abogan por normativas que impongan durabilidad y estándares de reparabilidad, así como incentivos para productos con soporte prolongado.
Desde The Restart Project critican la falta de responsabilidad de fabricantes sobre el coste ambiental de retirar productos del mercado. Proponen que Microsoft podría extender el soporte básico de seguridad de Windows 10 o liberar actualizaciones críticas como software abierto.
Esta situación destaca la necesidad de replantear el modelo de desarrollo tecnológico, priorizando la sostenibilidad y la justicia digital en medio de una emergencia climática global. El fin de Windows 10 es un recordatorio del profundo impacto ambiental y social de las decisiones corporativas en tecnología.