El gobierno de Donald Trump ha presentado una demanda contra Nueva York por sus políticas de «ciudad santuario», acusando a la ciudad de obstaculizar la aplicación de leyes migratorias federales. El Departamento de Justicia sostiene que estas políticas dificultan el trabajo de los agentes de migración y generan problemas de seguridad pública. Sin embargo, defensores de estas normativas argumentan que mejoran la seguridad comunitaria al permitir que los migrantes reporten delitos sin temor a la deportación. La acción legal se suma a otras demandas similares contra ciudades dirigidas por demócratas, reflejando una intensificación de las políticas antimigratorias del gobierno.
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