La tendencia humana al gregarismo y la repetición se evidencia en cómo los términos introducidos por figuras políticas, medios de comunicación, movimientos sociales y el mundo empresarial influyen en el lenguaje cotidiano. Un ejemplo reciente fue una tertulia donde, tras la mención de la palabra “cronograma” por una consejera autonómica, el término fue repetido insistentemente sin buscar sinónimos alternativos. Este fenómeno resalta cómo palabras como «resiliencia» o «polarización» se convierten en mantras mediáticos. Además, las redes sociales y las instituciones también contribuyen a la difusión y transformación de vocabulario, a menudo de manera acrítica. Pensadores como Wittgenstein y Orwell han señalado la importancia de cultivar un rico vocabulario, advirtiendo que el lenguaje limita y moldea la comprensión del mundo.
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