El Papa Francisco I falleció el 21 de abril de 2025, dejando interrogantes sobre la elección de su sucesor y la ubicación de su entierro. A diferencia de la tradición de enterrar a los pontífices en las grutas bajo la Basílica de San Pedro en el Vaticano, Francisco eligió la Basílica de Santa María la Mayor para su descanso final, un lugar con el cual mantuvo fuertes lazos espirituales a lo largo de su papado. La Basílica, además de albergar la historia personal del Papa, es también el lugar de sepultura de otros líderes de la Iglesia como San Pío V y Sixto V. La elección, que ya había sido comunicada por Francisco en 2023, refuerza su conexión especial con la Virgen María, a quien visitó regularmente.
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