El icónico Chrysler Building de Manhattan ha sido puesto en venta, destacando un momento crucial en el mercado inmobiliario de Nueva York. Este símbolo del Art Déco, erigido en 1930 con su distintiva aguja y ornamentación automotriz, enfrenta retos financieros y de preservación histórica. Diseñado por William Van Alen, el edificio fue concebido como un monumento personal de Walter P. Chrysler y llegó a ser el más alto del mundo brevemente. Actualmente, una disputa entre RFR Holding y Cooper Union, ligada a un impago de 21 millones de dólares en alquileres y costos de mantenimiento, ha precipitado su venta. Aunque su ocupación es alta, la falta de modernización desanima a potenciales inversionistas. Las necesidades de renovación podrían costar unos 100 millones de dólares, y el precio final de venta se espera muy inferior a su valor histórico. La comunidad observa con nostalgia cómo este vestigio de la Gran Depresión busca un nuevo rumbo.
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