Un equipo de investigadores en Estados Unidos ha transformado una antigua maldición en una prometedora terapia contra el cáncer de sangre utilizando el poder clínico de los hongos. Este avance sugiere que componentes derivados de estos organismos podrían ser clave para desarrollar nuevos tratamientos, subrayando la importancia de explorar fuentes naturales en la lucha contra enfermedades complejas.
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