Antes de su fallecimiento, el papa Francisco realizó una donación personal de 200.000 euros destinada a los presos, según anunció el obispo Benoni Ambarus, responsable de la pastoral carcelaria en Roma. La donación se dirigió a una fábrica de pasta en el centro penitenciario para menores Casal del Marmo, con el fin de cubrir una hipoteca y así reducir los precios de la pasta, fomentar la venta y crear empleo para los jóvenes reclusos. Ambarus relató cómo el papa expresó su compromiso con la causa a pesar de casi agotar sus recursos. Además, Francisco había visitado recientemente la prisión de Regina Coeli durante el Jueves Santo, reafirmando su constante defensa de la dignidad de los presos durante su papado, ejemplificada también en la apertura de una puerta santa en la cárcel de Rebibbia para el Jubileo.
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