El papa Francisco, aún en recuperación de una infección respiratoria, reapareció en el balcón de la basílica de San Pedro para ofrecer la bendición Urbi et Orbi. A través de Diego Ravelli, quien leyó su mensaje, el pontífice instó a cesar el fuego en Gaza, liberar rehenes y prestar ayuda a quienes sufren hambre, instando a la paz en la región. Expresó preocupación por el antisemitismo global y la crisis humanitaria en Gaza, y llamó a detener los ataques a hospitales y trabajadores humanitarios. Además, abogó por la estabilidad en el Líbano, Siria y Yemen, subrayando la necesidad de un desarme global y promoviendo la solidaridad y el desarrollo humano integral. Su mensaje incluyó un llamado a líderes políticos a priorizar recursos para combatir el hambre y fomentar el desarrollo, utilizando «las ‘armas’ de la paz» para construir un futuro mejor.
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