El Papa León XIV ha destituido al obispo de Cádiz, Rafael Zornoza, en medio de un escándalo por una investigación canónica del Vaticano por presuntos abusos a un menor en los años noventa, cuando Zornoza era sacerdote en Madrid. La decisión culmina un período de tensiones y controversias dentro de la Iglesia española, la cual ha sido criticada por su inercia ante las acusaciones de pederastia. Zornoza, quien niega las acusaciones y ha declarado padecer de cáncer, presentó su renuncia previamente al cumplir la edad de jubilación eclesiástica. La situación plantea nuevas interrogantes sobre la respuesta de las autoridades religiosas españolas frente a los abusos, y ha evidenciado la falta de medidas cautelares rápidas por parte del Vaticano, lo cual contrasta con las recomendaciones recientes de agilizar destituciones en casos de abuso. La crisis ha evidenciado las deficiencias en la gestión del caso tanto en la Iglesia española como en el Vaticano, y ha puesto de relieve la necesidad de fortalecer los protocolos internos para el manejo de denuncias de abuso.
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