González Amador critica enérgicamente la decisión de una jueza que rechazó todas sus solicitudes de diligencias, generando preocupación sobre la imparcialidad y efectividad del proceso judicial. Este rechazo total ha sido visto como un obstáculo significativo en la búsqueda de justicia, provocando cuestionamientos acerca de la disposición de la judicatura para considerar pruebas y testimonios relevantes. El caso evidencia las tensiones entre el poder judicial y las expectativas de quienes buscan una revisión exhaustiva y equitativa de la evidencia presentada.
Leer noticia completa en El Mundo.
