Los líderes regionales se sienten aliviados tras la reciente dimisión, pero insisten en que la dirección de Valencia necesita mostrar una postura más firme. Aunque entre los miembros del partido las críticas son discretas, se percibe por primera vez un malestar soterrado. La preocupación se centra en cómo se está manejando la situación política y la necesidad de ajustes más evidentes para recuperar la confianza interna.
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