Un audaz robo al Louvre desnudó la falta de seguridad en el famoso museo francés, provocando una crisis política y críticas contra el gobierno de Emmanuel Macron. En solo siete minutos, ladrones se llevaron joyas invaluables del Primer y Segundo Imperio, exponiendo lagunas en la vigilancia del museo, donde alarmantemente faltan cámaras en muchas salas. La respuesta del gobierno ha sido de promesas contundentes, pero la ultraderecha francesa lo cataloga de humillación nacional. Mientras tanto, se cuestiona si podrían existir actores extranjeros involucrados en un intento por desestabilizar al país, que enfrenta una complicada situación política y económica.
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