WhatsApp, una anomalía dentro de las grandes tecnológicas, no cobra a sus usuarios ni incluye publicidad en sus chats. Originalmente, los usuarios pagaban una tarifa anual, pero este modelo fue eliminado en 2016 tras la compra de WhatsApp por Meta por 19.000 millones de dólares. Actualmente, la aplicación actúa como una plataforma estratégica dentro de Meta, recopilando valiosos datos de usuarios sin leer los mensajes, pero sí los metadatos. La principal fuente de ingresos proviene de WhatsApp Business, que ofrece a empresas funciones de mensajería avanzadas. WhatsApp también explora maneras de integrar anuncios a través de sus otras plataformas, manteniendo sus conversaciones libres de publicidad directa. La app es un activo esencial para Meta, reforzando su presencia en mercados clave como India y Brasil.
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