Las comarcas de las Terres de l’Ebre, en el sur de Cataluña, se enfrentan a las devastadoras consecuencias del temporal Alice. El fenómeno dejó un paisaje cubierto de barro y rocas, inundando pueblos y aislando localidades como Ulldecona. A pesar de más de 1.700 llamadas de emergencia y múltiples rescates, no se reportaron víctimas. Unos 2,000 coches quedaron atrapados en la autopista AP7 en Freginals, y más de 1,000 personas buscaron refugio. Siete carreteras siguen cerradas, y la Generalitat suspendió clases y servicios médicos no urgentes. El presidente Salvador Illa ha pedido prudencia ante posibles lluvias adicionales. Barcelona ofrece apoyo de emergencia para mitigar los efectos en el sur. La previsión indica que las tormentas podrían desplazarse hacia Barcelona y Girona.
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