En un tenso proceso electoral marcado por un minucioso recuento de votos, los dos candidatos principales han declarado su victoria, a pesar de las diferencias mínimas que separan sus resultados. Ambas partes han luchado voto a voto, intensificando la presión y manteniendo al público en vilo mientras se realizaba el escrutinio. La situación ha generado incertidumbre entre los votantes y plantea un potencial conflicto postelectoral, a medida que ambos líderes sostienen haber obtenido el apoyo mayoritario. La resolución final podría depender de un nuevo recuento o de la intervención de autoridades electorales para disipar las dudas sobre el ganador legítimo.
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