Un reciente informe, titulado Informe de Preparación 2024 de Kyndryl, ha revelado un interesante contraste en la percepción de los ejecutivos a nivel global sobre la infraestructura tecnológica de sus empresas. Aunque un 90% expresa confianza en sus actuales sistemas, solo el 39% considera que están realmente listas para afrontar los desafíos futuros. Este estudio, desarrollado a partir de una encuesta a 3,200 altos directivos, ilustra las tensiones actuales entre la modernización tecnológica, la gestión del talento y la toma de decisiones estratégicas.
El informe destaca que, si bien la transformación tecnológica mantiene su posición como prioridad empresarial, numerosos obstáculos persisten, como la obsolescencia tecnológica y la dificultad para obtener retornos significativos de inversiones en nuevas tecnologías, particularmente en el ámbito de la inteligencia artificial (IA). En detalle, únicamente un 42% de las empresas está viendo un retorno positivo en sus inversiones en IA, a pesar de que el 76% está destinando recursos a esta área. Por otro lado, cerca del 44% de las infraestructuras críticas se acercan peligrosamente al final de su vida útil, un dato que ofrece un panorama preocupante para el futuro de la estabilidad operativa.
La seguridad cibernética se destaca como otra preocupación imperante, con un 65% de los líderes empresariales identificando los ciberataques como su principal riesgo. Sin embargo, solo un 30% se siente preparado para enfrentarlos de manera efectiva. Esto se suma a las preocupaciones sobre la capacidad de respuesta ante interrupciones ambientales o climáticas, donde apenas el 25% confía en sus sistemas actuales. Además, el informe pone de relieve el desafío de mantenerse al día con un entorno regulatorio en constante cambio. Mientras que un 48% de los ejecutivos lo ve como un reto, el 66% considera que estas regulaciones impactan positivamente sus operaciones.
La modernización tecnológica se presenta como un objetivo clave, con un abrumador 94% de encuestados priorizando este aspecto. No obstante, las empresas parecen estar solo en las etapas iniciales, donde un 56% apenas comienza a adoptar nuevas tecnologías y un 16% está en sus primeras fases. Aquellas que han avanzado más allá en su transformación tecnológica han registrado mejoras notables en eficiencia operativa y experiencia del cliente, reflejadas por un 85% de mejoras reportadas en productividad y eficiencia, y un 60% en satisfacción de empleados y clientes. Sin embargo, los progresos en seguridad de datos y cumplimiento normativo son aún limitados, según solamente un 34% de los encuestados.
El informe también subraya el interés continuado por la inteligencia artificial, a pesar de la escasa rentabilidad reportada. Con preocupaciones sobre privacidad de datos y desafíos regulatorios persistentes, las organizaciones están siendo precavidas ante la implementación de estas tecnologías emergentes. No obstante, la visión optimista se refleja en que un significativo 86% de los líderes creen que su implementación de IA es de clase mundial, aunque un 71% admite que su infraestructura no está completamente preparada para soportar completamente dichas implementaciones.
Finalmente, el informe concluye que la preparación empresarial para enfrentarse a futuros retos no depende únicamente de las innovaciones tecnológicas, sino de cómo estas se integran con la cultura empresarial y el desarrollo de talento. La alineación estratégica entre líderes empresariales y tecnológicos se muestra como un factor clave para proporcionar confianza a las organizaciones en la gestión de riesgos futuros. Kyndryl resalta que el desafío de la preparación es uno continuo, y que se trata de habilitar a las personas mientras las tecnologías se integran en el marco cultural de las empresas, orientando a las compañías en el complejo camino de la transformación digital.