La tensión entre India y Pakistán ha alcanzado un punto crítico tras la Operación Sindoor llevada a cabo por Nueva Delhi en respuesta a una masacre en Pahalgam, Cachemira. El ataque se atribuyó al grupo Frente de la Resistencia y dejó 26 muertos y más de 40 heridos. India asegura haber destruido bases terroristas sin atacar objetivos civiles, pero Pakistán lo califica de «acto de guerra flagrante». Este conflicto reaviva la histórica disputa por Cachemira y desata temores globales debido al poder nuclear de ambas naciones. Aunque Pakistán busca evitar una guerra total, se mantiene preparado para cualquier intensificación del conflicto.
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