Rusia y Estados Unidos realizaron un intercambio de prisioneros en Abu Dabi, lo que simboliza un paso hacia la normalización de relaciones entre ambos países, iniciativa que ha cobrado impulso desde la elección de Donald Trump. En esta ocasión, Ksenia Karelina, condenada en Rusia, fue liberada a cambio de Arthur Petrov, acusado de exportar tecnología militar a Rusia. Además, representantes de ambos países se reunieron en Estambul para discutir el funcionamiento de las embajadas, sin tratar temas políticos o de seguridad, en un esfuerzo por resolver tensiones derivadas de sanciones mutuas. La elección de Turquía como sede, por su neutralidad relativa, facilita este diálogo diplomático, que busca mejorar las operaciones diplomáticas mediante la eliminación de restricciones y represalias heredadas, como los cierres de propiedades rusas en EE. UU. Las relaciones se han deteriorado desde 2014 por la conducta de Rusia en Ucrania, manteniéndose en mínimos desde la Guerra Fría, aunque se avizora una posible mejora con la continuidad de Trump en la presidencia.
Leer noticia completa en El Pais.