Estela Marina ha dado un audaz paso hacia la justicia histórica con el lanzamiento de su nuevo libro, en el que examina la compleja cuestión de la nacionalidad española por descendencia. A través de sus páginas, aborda la memoria histórica y denuncia la actual situación legal que mantiene a miles de descendientes de emigrantes españoles en un estado de incertidumbre, vinculados a normativas temporales.
La problemática, según Marina, radica en cómo el Código Civil español aún se apoya en legislaciones transitorias para el reconocimiento de la nacionalidad, un enfoque que genera inseguridad jurídica y perpetúa la desigualdad entre españoles y sus descendientes en el extranjero. Esto resulta particularmente relevante con la inminente expiración de la Ley de la Memoria Democrática (LMD), que amenaza con dejar a millones de bisnietos, nietos e hijos de expatriados sin la posibilidad de reclamar su derecho legítimo a la nacionalidad.
El libro de Marina no solo se destaca por su análisis crítico, sino también por recopilar relatos de la diáspora española, luchando por mantener vivas sus raíces a través de generaciones. El Consejo General de la Ciudadanía Española en el Exterior advierte sobre las limitaciones de las reformas actuales, circunscritas a períodos históricos específicos, algo que este libro busca cambiar mediante la propuesta de reformas legislativas permanentes.
Estela Marina, también presidenta de la Asociación de Descendientes de Españoles en el Mundo (ADEM), insta al Congreso a tomar medidas. A pesar de que el CGCEE aún no ha logrado convertir su propuesta en un proyecto legislativo, las discusiones persisten. El libro se erige como un potente grito de justicia, exigiendo que España reconozca a sus descendientes y elimine las barreras legales temporales que determinan su identidad.
Mientras el Consejo de Ministros ha extendido el plazo de la LMD hasta octubre de 2025, Marina insiste en que esta prórroga no es la solución definitiva que tantas familias necesitan. Su obra no solo documenta historias personales, sino que sirve como un llamado para crear un Código Civil más justo y garantizar que los descendientes no permanezcan excluidos del reconocimiento que merecen. Al subrayar que la identidad española no debe depender de normativas fugaces, Marina refuerza su mensaje con la poderosa cita de Marlon Incinilla: «No es la tierra quien determina la memoria, es la sangre».