En los últimos tiempos, la inquietud por la presencia de lagartijas en los hogares ha aumentado, mientras los residentes buscan maneras efectivas de mantener sus espacios libres de estos reptiles sin dañar el entorno. Existen, afortunadamente, métodos sencillos y ecológicos que prometen resultados sin recurrir a pesticidas perjudiciales.
Entre las soluciones más destacadas están los repelentes naturales. Las lagartijas son especialmente sensibles a ciertos olores, haciendo que una solución de agua con vinagre o ajo, al ser rociada en zonas frecuentadas por estos reptiles, reduzca significativamente su actividad. Además, las hierbas aromáticas como la menta o el romero pueden usarse debido a que su aroma resulta desagradable para estas especies.
La prevención es otra estrategia clave. Mantener el hogar limpio y libre de insectos, que son su principal fuente de alimento, es fundamental. Además, sellar grietas y resquicios en estructuras como paredes y ventanas puede evitar que las lagartijas encuentren refugio. Cuidar la vegetación externa y mantenerla alejada de las entradas del hogar también ayuda, ya que las plantas pueden atraer tanto a las lagartijas como a sus presas.
Otro método ecológico es el uso de trampas humanas, que permiten capturar y liberar a los reptiles en un entorno más natural, respetando su bienestar. Es importante revisar estas trampas con regularidad para asegurar la salud de las lagartijas atrapadas.
Finalmente, educar sobre el papel esencial de estos reptiles en el ecosistema es fundamental para mitigar su percepción negativa. Las lagartijas ayudan en el control de plagas al ser insectívoras, y fomentar su presencia controlada puede contribuir a mantener un equilibrio natural respetuoso con la biodiversidad.
Con estas recomendaciones, es posible mantener un hogar libre de lagartijas de manera responsable y sin recurrir a químicos dañinos, promoviendo una convivencia más armoniosa con la naturaleza.
