En un sorprendente hallazgo, investigadores han descubierto que las heces de los pingüinos en la Antártida juegan un papel crucial en la formación de nubes. Un estudio realizado cerca de la Base Marambio reveló que excrementos de pingüinos, ricos en nitrógeno y amoníaco, se combinan con vapores de azufre del fitoplancton marino para formar núcleos de condensación, esenciales para la creación de nubes. Estas nubes, al reflejar la luz solar, ayudan a mantener el frío en el hielo antártico, frenando su deshielo. Sin embargo, la disminución de las poblaciones de pingüinos podría alterar este proceso, aumentando el deshielo y contribuyendo al cambio climático. Desde 1990, la pérdida de hielo terrestre en la Antártida ha aumentado el nivel del mar en 7,2 mm, y la reciente muerte masiva de 10,000 polluelos de pingüino emperador resalta la gravedad de la situación.
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