La economía digital ha configurado un nuevo mapa político-económico donde las compañías europeas han quedado relegadas. En 2025, las 25 empresas más grandes por capitalización bursátil son dominadas por Estados Unidos, con 20 posiciones, dejando fuera a Europa, mientras Arabia Saudí, Taiwán y China son las únicas excepciones con representación no estadounidense.
Este desplazamiento acarrea efectos concretos: las empresas europeas enfrentan un coste de capital mayor, una menor profundidad de mercado y una influencia reducida en estándares globales y corrientes de inversión, a pesar de contar con multinacionales sólidas como ASML y Roche. Sin embargo, estas no logran competir en la liga del billón de dólares como sus contrapartes norteamericanas y asiáticas.
El top del ránking es encabezado por empresas líderes en inteligencia artificial y plataformas globales, como NVIDIA, Microsoft y Apple. Tres factores explican esta concentración: el gasto en tecnología de IA, el poder de las plataformas con márgenes de software y mercados de capital profundos que permiten financiamiento a gran escala.
Europa, por otro lado, enfrenta un mercado de capitales fragmentado y menor inversión en I+D comparado con EE. UU. y Asia. La electricidad industrial cara y largos plazos para permisos son obstáculos para industrias clave como semiconductores e IA.
Para revertir esta situación antes de 2030, Europa debe implementar un plan de escala que incluye un mercado de capitales unificado, mayor inversión en crecimiento, mejoras en energía y permisos, expansión en semiconductores, y promoción de sectores donde ya es líder, como biopharma y climatetech.
Candidatos europeos con potencial para regresar al top-25 incluyen Novo Nordisk y Siemens, que ya son líderes en sus áreas. No obstante, requieren capital competitivo, energía accesible, talento y una mejor estructura de gobernanza para avanzar.
Si Europa ejecuta estos cambios, no solo regresará a la élite económica global, sino que también definirá las tendencias futuras. La clave estará en volver a convertir su know-how en plataformas globales multimillonarias para no ceder su papel en el próximo ciclo económico.