Distribuciones poco funcionales, abusos decorativos y mala iluminación destacan entre los errores comunes en decoración de interiores, según la interiorista Sandra Marcos. Estas fallas no son producto del azar, sino de decisiones sin planificación adecuada, criterio y equilibrio.
Aunque el martes 13 evoque supersticiones, ciertos errores decorativos no se deben a la mala suerte, sino a decisiones poco acertadas. La clave está en encontrar un equilibrio entre estética, funcionalidad y autenticidad, configurando espacios que permitan a las personas sentirse identificadas.
Marcos, especialista en estilismo residencial y compra de mobiliario, aboga por una decoración pensada a largo plazo. Aunque el buen gusto es crucial, técnica, proporción y funcionalidad son esenciales. A continuación, repasa los 13 errores más comunes y su corrección.
El primer error es optar por muebles desproporcionados. Ignorar las dimensiones espaciales afecta tanto la estética como la funcionalidad. Por ejemplo, un sofá grande puede obstruir el paso, mientras que una mesa pequeña en un comedor amplio desentona.
Otro fallo es una iluminación deficiente. Una única fuente de luz no basta; es recomendable crear capas lumínicas para mejorar el ambiente. Marcos sugiere lámparas de pie y apliques para lograr un entorno acogedor.
Asimismo, pegar todos los muebles a la pared transmite frialdad y limita el potencial del espacio. Es mejor crear zonas dentro de una habitación, dejando espacio entre los muebles y las paredes para una percepción más dinámica.
No prever suficiente almacenamiento provoca caos. La interiorista sugiere integrar soluciones de almacenamiento en la estética del hogar, como armarios empotrados o muebles multifuncionales.
El exceso de elementos decorativos también es contraproducente. Abusar de los objetos puede saturar el ambiente. Lo ideal es seleccionar pocas piezas con carácter que brinden personalidad al espacio.
Cortinas mal colocadas pueden acortar visualmente las habitaciones. Marcos aconseja colgarlas alto para favorecer la sensación de altura.
El miedo al color lleva a optar por paletas neutras, resultando impersonal. Introducir acentos cromáticos aporta vida y carácter al hogar.
Ubicación incorrecta de obras de arte es otro error. Deben integrarse en el espacio, a una altura óptima y en relación con otros elementos.
No considerar el uso real del espacio hace que una vivienda no satisfaga necesidades prácticas. Ejemplos son un salón poco acogedor o una cocina atractiva pero no funcional.
Elegir materiales poco duraderos afecta la longevidad del diseño. Es crucial optar por acabados resistentes, especialmente en áreas expuestas a humedad o desgaste.
Muchos evitan alfombras por temor a recargar, pero bien elegidas, definen espacios y absorben ruido.
El miedo a mezclar estilos puede limitar la creatividad. Un equilibrio entre lenguajes estéticos aporta personalidad al hogar.
Por último, seguir ciegamente tendencias puede llevar a espacios sin identidad. Marcos enfatiza que un hogar debe reflejar la personalidad de sus habitantes, más allá de modas pasajeras.
Con estos errores en mente, Sandra Marcos subraya la importancia de una visión integral en decoración, donde cada decisión se respalde en criterios estéticos y funcionales. La decoración debería perdurar por su coherencia y calidez, reflejando la identidad y estilo de vida de sus habitantes.