El Palacio de Congresos y Exposiciones de Córdoba ha sido el escenario de clausura del IV Congreso sobre Control Interno Local (CCIL). Este evento, impulsado por la Diputación de Córdoba y la Intervención General de la Administración del Estado, ha congregado a más de 650 profesionales del ámbito de la administración local, incluidos interventores, secretarios-interventores, miembros de órganos de control externo y representantes de diversas instituciones a nivel nacional.
Durante la clausura, el presidente de la Diputación, Salvador Fuentes, acompañado por el interventor de la Administración General del Estado, Pablo Arellano, resaltó la importancia de este congreso en la búsqueda de herramientas que mejoren la gestión pública, enfocándose especialmente en la aplicación de nuevas tecnologías y la inteligencia artificial en el control público. Fuentes destacó que la celebración de un evento de esta magnitud en Córdoba convierte a la ciudad en un punto central para la reflexión y el debate sobre el control interno.
El congreso ha sido una plataforma plural para repensar el control interno local con una visión de futuro, con el objetivo de consolidar la confianza del ciudadano y fortalecer la rendición de cuentas. En su intervención, el presidente subrayó que los pequeños municipios son la verdadera base del sistema local en España y que, dado su contexto de limitaciones, las diputaciones deben desempeñar un papel proactivo en la asistencia económico-financiera.
Fuentes insistió en que el apoyo de las diputaciones no debe ser solo puntual, sino que deben actuar como centros de referencia y excelencia técnica, ofreciendo formación y herramientas que garanticen la sostenibilidad municipal.
Entre los temas tratados durante el congreso se destacaron la implantación de sistemas de auditoría continua, la utilización del big data y la inteligencia artificial para identificar patrones de riesgo, así como la importancia del gobierno abierto y la colaboración interadministrativa.
Las conclusiones del congreso afirmaron que un control interno adecuado es crucial para prevenir riesgos financieros, permitiendo identificar señales de alerta tempranas que refuercen la estabilidad de las cuentas locales. La planificación del control, a través del Plan Anual de Control Financiero (PACF), se identificó como una herramienta clave para priorizar recursos en áreas con mayor riesgo.
Además, se concluyó que el ámbito de control debe incorporar competencias tecnológicas que permitan a los órganos supervisar procesos digitales con rigor, integrando innovación sin sacrificar garantías jurídicas. En el ámbito de la contratación, se hizo un llamado a establecer una gestión más estratégica, demandando revisiones normativas y controles durante la ejecución de contratos. Esto contribuiría a que el control no se limite a una supervisión formal, sino que se convierta en un motor de sostenibilidad y coherencia organizativa.
Fuente: Diputación de Córdoba.